Mientras se realizaba el XXX
Encuentro Nacional de mujeres, en Mar del Plata, habían matado en esa misma
semana a cuatro mujeres en distintas partes de nuestro país. Se volvía a
confirmar aquellos datos de que una mujer es asesinada cada 35 horas. Hoy ha
dejado de ser invisibilizado el problema, conocido como feminicidio o
femicidio, ya que se posee datos de organizaciones sociales e internacionales,
y se han buscado formas de intervenir desde el Estado con leyes (Ley 26485) en
el nivel asistencial y preventivo, pero el flagelo sigue en aumento.
La Ley 26485 (Ley de Protección
Integral para Prevenir, Sancionar, y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales) sirvió para
dejar en claro qué es lo que se define como violencia, y la misma dice que es
toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el
ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder,
afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan
comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera
violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción u
omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer
en desventaja con respecto al varón. Al amplio marco normativo en defensa de
los derechos de las mujeres, en noviembre se aprobó la Ley de Asistencia gratuita
a vícitmas de violencia de género, ya que de cada 100 casos de denuncias, 50
quedaban en el archivo por falta de asesoramiento.
A nivel internacional se ha
tenido en cuenta la categoría de edad de las mujeres. Entre los 15 y 45 años
tienen mayor probabilidad de ser asesinadas o mutilidas por hombres que de
morir de cáncer, accidentes de tráfico o guerra combinados. En nuestro país
desde hace menos de diez años se estan llevando datos estadísticos de muertes
violentas sobre mujeres.
También se ha ido comprendiendo
que la violencia sobre las mujeres es un perverso- aprendizaje socio- cultural
que se forma en una matriz de violencia patriarcal, que se reproduce en un
círculo vicioso donde cuesta poder salir, porque han sido educadas y sometidas
para no decir como se las oprime.
De los estudios sobre violencia
de género se va sabiendo por informes que el 64% de los feminicidios son
cometidos por las parejas o ex parejas de esa mujer asesinada. Aquella patética
frase que se ha escuchado varias veces:“sos mía ó no sos de nadie”, es el grito
criminal de posesion de una cultura machista- totémica- patriarcal.
El 70% de las mujeres muertas
tenían entre 19 y 50 años, y sigue subiendo las estadísticas en cómo fallan los
controles del 14% de mujeres que tenían registradas denuncias previas o medidas
judiciales para que el agresor estuviera lejos de la vícitma.
La justicia es otro gran espacio
donde se ha detectado que no se ha avanzado como en todo lo que se trabaja en
salud y educación. Definir ‘las fases progresivas’ de la violencia, era
entender que se debe comenzar por todo lo preventivo en la infancia y la
adolescencia. Las deudas de la justicia señalan en como mantienen patrones
patriarcales que obstaculizan el acceso a los derechos adquiridos de las mujeres.
Carlos Liendro
Octubre- noviembre 2015
(Pulsación- número 12)
No hay comentarios:
Publicar un comentario