PULSACION. blog

domingo, 5 de junio de 2016

Ahora PULSACIÓN en blog.

Nota Editorial:


PULSACION en forma de periódico comenzó a editarse por el 2004 aproximadamente. Es un proyecto que se hizo con el aporte de alguna universidad  (en la que era docente) y amigos que colaboran con sus avisos. Se entrega en forma gratuita y así creemos que debería continuar.

Se distribuye por universidades, sindicatos, hospitales, escuelas. El avance de las tecnología hace que podamos utilizarla en sus diversas formas. El blog es una de ellas.
Entre quienes colaboran (docentes, ex alumnos y hoy profesores, licenciados o doctores) me han preguntado ¿por qué en papel? y debería haber dado una respuesta al estilo Umberto Eco, cuando decía que los libros no iban a desaparecer (y competían con los E-Book); algo así creo que nos sucede cuando entregamos en mano PULSACIÓN. El placer de ver lo que le damos, en sus imágenes y en lo escrito.
No ha salido en forma regular, debíamos hacer 'malabares' para poder sacar dos o tres números al año, pero tuvo continuidad. Siempre invitamos a sumarse gente al staff  y por suerte muchos colaboran. A su vez se podrán ver en el blog otros artículos que por razones de espacio no salen en papel.
Por eso esta aclaración, para poder decir que los números atrasados- sus artículos- podrán verse por aquí . No sé si respetará el orden, pero si se dejará aclarado el autor, el número y año que se editó.

Carlos Liendro 
editor de PULSACIÓN
www.pulsacion.org

miércoles, 23 de marzo de 2016

El cazador oculto


Aunque el estilo de vida actual es mucho más parecido al de los primeros agricultores del Neolítico, los nómadas aportaron más adaptaciones genéticas

Restos de cazadores y recolectores de hace 7.000 años encontrados en La Braña-Arintero (León)
Hay quien considera que la adopción de la agricultura y la creación de las primeras ciudades es la mayor revolución que ha vivido el ser humano en toda su historia. Otros opinan que el día que nuestra especie dejó de vivir en pequeños grupos de cazadores nómadas perdió la libertad para siempre. Lo cierto es que los europeos de hoy llevan en los genes una mezcla de ambos estilos de vida, aunque hasta ahora no ha estado claro si le deben más a uno que a otro en cuanto a adaptaciones genéticas importantes.
En 2008, un artista ruso que talla huesos de mamut halló en un río de Siberia el fémur de un hombre. Era de un Homo sapiens que vivió hace 45.000 años y de él se consiguió extraer el genoma completo, el más antiguo que existe de nuestra especie. Ese encuentro fortuito abrió una puerta al pasado que hasta ahora estaba cerrada. Por primera vez era posible saber cómo fueron los primeros pobladores de Europa hace 45.000 años y cuánto se parecen a ellos los europeos de hoy.
Un nuevo estudio ha comparado el genoma de aquel hombre con el de un agricultor que vivió en Stuttgart, Alemania, hace 7.000 años, y el de un cazador y recolector nómada que vivió hace 8.000 años en Luxemburgo. Como referencia de poblaciones actuales se han usado unos mil genomas de europeos y africanos actuales.
Los resultados muestran que los cazadores nómadas pasaron a los europeos un 10% más de variantes genéticas adaptativas que los agricultores. La función de muchas de esas variantes aún se desconoce, pero hay dos bien conocidas: los ojos claros y posiblemente también la piel blanca. El trabajo no habría sido posible sin el genoma del hombre de Siberia, pues permite ver las diferencias entre un humano recién llegado a Europa desde África que aún no había tenido tiempo de desarrollar variantes genéticas de adaptación a su nuevo entorno y el de humanos que sí lo hicieron.
“Lo que hemos visto es que el 70% de la diferencia en variantes genéticas estudiadas entre africanos y europeos se acumuló durante la salida de África”, explica la bióloga Aida Andrés, quien trabaja en el Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck y es coautora del estudio, publicado en Nature Communications. “El otro 30% apareció después”, señala, y ahí es donde están las variantes adaptativas que se han detectado.
“Es bastante sorprendente que, mientras la revolución de la agricultura en el Neolítico trajo a Europa un estilo de vida que aún persiste hoy, los cazadores y recolectores aportaron la mayor parte de adaptaciones genéticas al entorno europeo”, explica Felix Key, coautor del estudio.
El objetivo ahora es encontrar adaptaciones en las poblaciones asiáticas, ya que estas “probablemente” sean diferentes a las de los europeos. “Aún no hemos encontrado nada porque necesitamos más genomas antiguos, pero yo creo que los vamos a conseguir pronto”, concluye Andrés.