"El cáncer puede dejar de ser terminal y convertirse en enfermedad crónica"
De visita en Buenos Aires, el especialista del Instituto Madrileño de Oncología dialogó con Tiempo Argentino sobre dos técnicas innovadoras que mejoran la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes con esta patología.
–¿Ve posible que se apliquen estas técnicas que usted realiza en España al contexto argentino?
–Como se trata de una técnica que ha cambiado el concepto de tratamiento de los pacientes con metástasis cerebrales y del sistema nervioso central, resulta un 30 y aun un 40% más económica que la cirugía. Por eso Argentina debe formar parte de este cambio de paradigma. En España existen instituciones sanitarias que disponen de los últimos avances disponibles para optar por la radiocirugía. De modo que en lugar de recibir veintiocho sesiones de radioterapia convencional, deben tratarse con una única dosis mediante alta tecnología, lo que hace que la cosa sea menos fatigosa, y que el paciente pueda volver en el día a su casa, y retornar a la sesión siguiente.
–¿Por qué se habla de "cambio de paradigma" en relación con estas técnicas?
–En principio, existe una necesidad: la de avanzar en el concepto de control local de la enfermedad en el caso de las metástasis cerebrales. Gracias a las modernas y actuales técnicas de radiodiagnóstico, podemos descubrir lo que llamamos micrometástasis a las que podemos tratar localmente y con gran eficacia mediante técnicas de tratamiento como la radiocirugía antes de administrar tratamientos sistémicos como la quimioterapia, que son más costosos. Por otra parte, gracias a la radiocirugía logramos el control local de las metástasis cerebrales en más del 90% de los pacientes que sufren este tipo de lesiones. Esta técnica se ha beneficiado en los últimos años gracias al avance tecnológico, con el sistema CyberKnife. Este espectacular desarrollo tecnológico nos ha permitido dar un paso de gigante, porque conseguimos mayor precisión, mayor eficacia terapéutica, incluso para aquellos casos clínicos de más de dos y tres lesiones cerebrales, una mejor relación de coste/beneficio para los pacientes y el sistema sanitario, a la vez que minimizamos o eliminamos los posibles efectos secundarios con lo que logramos que los enfermos se puedan reincorporar a sus actividades normales, incluso laborales, casi de forma inmediata.
–¿Existen estadísticas sobre estos progresos?
–Según estudios realizados en diferentes países, más del 85% de los pacientes operados con cirugía abierta vuelven a sufrir una recidiva local o a distancia. Con la radiación holocraneal la cifra de recidivas supera el 50% de los casos tratados y con ambas técnicas la morbilidad y los efectos secundarios adversos son mayores. Pero en cualquier caso, los médicos tenemos que trabajar de manera multidisciplinar y de forma personalizada, de tal manera que se debe indicar en cada caso las técnicas más adecuadas. En radiocirugía es fundamental el trabajo en equipo entre neurocirujanos, oncólogos, radioterapeutas, radiofísicos, técnicos especializados y los profesionales de enfermería. Este abordaje, por ejemplo, nos permite lograr además de controlar el tumor a nivel metastásico, una mayor supervivencia de estos pacientes si se consigue el control del tumor primario. Los avances tecnológicos nos han permitido dar un paso gigante para casos clínicos muy complejos con más de dos o tres tumores en distintas partes del cuerpo, porque minimizamos o eliminamos los posibles efectos secundarios, con lo que logramos que los enfermos se puedan reincorporar a sus actividades normales, incluso laborales, casi de forma inmediata.
–¿Cuándo nació la técnica?
–En la década de 1950, con las investigaciones del sueco Lars Leksell. Lo curioso es que Leksell llegó a la Argentina a practicarlas aquí antes que, por ejemplo, Estados Unidos o Europa. Por eso aquí, en Argentina, existe una base muy sólida, con muy buenos profesionales. Sólo que luego de la masificación de esta terapia, durante los '70 y '80, la Argentina no continuó ese camino y hoy lo que falta es el instrumental, la tecnología de punta para retomar el camino, por el bien de los pacientes. «
¿Qué es la radiocirugía?
Es un tratamiento que ayuda a destruir diferentes tipos de tumores cerebrales, sin abrir ninguna estructura, con dosis altas de radiación no tóxica para el organismo y dirigida con gran precisión. Por decirlo de otra manera, es hacer cirugía sin bisturí. Los pacientes sólo están de 12 a 24 horas en un centro hospitalario. Son miles los casos tratados en el mundo, y se aplica para tumores benignos del sistema nervioso central (neurinomas, meningiomas) y también para lesiones malignas (gliomas, meduloblastomas, metástasis cerebrales). Precisamente, su aplicación en los casos de metástasis cerebrales ha cambiado el pronóstico de estos tumores, ya que se logra un control de la metástasis entre el 80 y el 90 por ciento. Se aplica con anestesia local para colocar una guía estereotáctica y se localiza la posición exacta del tumor. Luego, y aún con esta guía estereotáxica colocada en la cabeza del paciente, se lleva a cabo la irradiación mediante un acelerador lineal. Los equipos han evolucionado notablemente. El equipo de radiocirugía robotizada (cyberknife, en inglés), incorpora un acelerador lineal en un brazo robótico, lo que permite dirigir la radiación desde miles de puertas de entrada. De esta manera, se evita irradiar zonas críticas con un control de posición del cráneo. Esta tecnología avanzada corrige automáticamente la dirección del haz de radiación, obteniendo una precisión submilimétrica durante todo el tratamiento, sin necesidad de utilizar una guía estereotáxica y minimizando efectos secundarios.